Bienvenidos a Fotoartis

Este blog nació en octubre de 2007 para aprobar una asignatura. Entonces Fotoartis era un espacio dedicado a la fotografía en general, y muy especialmente a la fotografía artística.
Pero ahora Fotoartis entra en una nueva etapa. Ahora será un blog personal, aunque mantendrá el nombre porque le he cogido cariño.

BIENVENIDOS TODOS. RAY COY.

sábado, 11 de octubre de 2008

11 de octubre

Hace siete años todo empezó una mañana como ésta. Habíamos quedado a las 12 junto a la biblioteca. Ya no recuerdo si me salté una clase o si ese día sabía que iba a faltarme un profesor, el caso es que me fui a la cita antes de que se acabara el recreo.
Di una vuelta enorme para llegar a la biblioteca porque si iba por el camino más corto me arriesgaba a encontrarme a mi abuela, y a ver qué excusa le ponía para andar a esas horas en la calle. Iba nerviosa, o más bien atacada, y cuando me estaba acercando lo vi asomarse por la reja, buscándome. Entonces pensé algo así como "ahí está, todavía estás a tiempo de marcharte". Pero no me fui. Pasé la reja, y allí estaba, apoyado en un árbol, dándome la espalda. Esa espalda que tiempo después yo recorrería con mis uñas y que atraería contra mi cuerpo, pero por aquel entonces no sabía que eso sucedería algún día.
-¿R.?
-¿Ray?
Aún no sé cómo me salió la voz del cuerpo, cómo fui capaz de pronunciar su nombre. Y recuerdo su mirada y su sonrisa, su expresión de alegre sorpresa. Caminamos hasta una plaza próxima y estuvimos allí sentados en un banco más de media hora. Todavía hoy paso por allí y se me dibuja una sonrisa... Nuestro banco... Anda que no eché yo allí mañanas de miércoles huelguistas...
Hoy está lloviendo mucho. Hace siete años creo recordar que el día estaba grisáceo pero no llovió aunque sí hizo fresco. Yo llevaba puesta una camisa elástica de cuadros (era novata pero no tonta, que era perfectamente consciente de la pedazo de delantera que me hacía esa camisa), cazadora y pantalones vaqueros y unos botines. También me recuerdo más delgada que ahora y con el pelo más oscuro. Y más ingenua, y menos triste, y más soñadora, y menos dolida. ¡Cuánto daría por volver a tener aquellos 16 años!
Llevábamos poco tiempo sentados y él me besó, y yo pensé que aquello no era lo que yo me había imaginado. Después de media hora nos despedimos. Él tenía que volver a la biblioteca y yo debía regresar al instituto. Pero a mí se me hizo tarde y me fui a mi casa andando porque necesitaba reflexionar.
Por la tarde me mandó un mensaje diciéndome que le gustaba y que esperaba no haberse pasado ni haberse quedado corto. Es curioso cómo recuerdo sus palabras pero no soy capaz de recordar si le contesté. Probablemente no lo hice porque aquel día pensé que aquello no iba a ir a mucho más.
¡Pero cómo cambian las cosas! Al principio era él quien parecía muy interesado en mí y yo me dejaba llevar, me gustaba gustarle (¿te suena eso de algo, Copper?). Y en poco tiempo cambiaron las tornas, y fue él quien se dejó llevar y yo, tonta de mí, me enamoré como una imbécil. A pesar de saber que él nunca me iba a querer. A pesar de que me tratara un día bien y otro mal. A pesar de que tonteara con mis amigas delante de mis narices (y yo jamás hice nada por miedo a perderlo).
Casi coincidiendo con "nuestro aniversario", él ha vuelto a mi vida después de dos años de ausencia, como ya sabéis por las últimas entradas. Él es ese nuevo-viejo camino, ese camino pedregoso que me ha dejado los pies y el alma heridos. Sé que él no caerá en la cuenta del día que es hoy, y que si se acordara le importaría un huevo, así de claro. Pero yo sí me acuerdo y pienso que aquello que empezó un día como hoy no debería haberse alargado tanto en el tiempo. No me arrepiento de que entrara en mi vida pero sí me arrepiento y me avergüenzo de la Ray en la que aquel amor me convirtió. Yo, que cuando quiero tengo mucho orgullo y más cojones que el caballo de Espartero, con él era una hoja indefensa que se dejaba mecer por el viento. Y ya se sabe que el viento trastorna.
Ahora toca lamerse las heridas, como la gata que soy. Hoy había planeado pasar la mañana en Granada, haciendo fotos y meditando. Pero la maldita alerta naranja ha hecho que me quede aquí :(. Quizá esta tarde ocurra algo que haga que el 11 de octubre deje de ser una fecha tan agridulce. De momento no adelanto nada porque soy supersticiosa. Y si la lluvia impide que salga de mi casa me pasaré la tarde en el sofá, tapada con mi colcha leyendo Perdona si te llamo amor, que me tiene enganchadísima. Me daba miedo leer esta novela, por aquello de que narra la historia de amor de una adolescente y un tío de 37 años, pero aunque algunas cosas me recuerdan a lo mío con R., creo que el libro está teniendo un efecto catártico en mí.
Lo dicho, que si pasa algo, ya os lo contaré. Y para no dejar mal sabor de boca después de esta entrada, algo de música: http://es.youtube.com/watch?v=GOc3prnESsw

5 comentarios:

miquelet dijo...

Pues esa hojilla indefensa debería haber llevado una semilla que te hubiera convertido en un fuerte árbol, una sequoya si hiciera falta. Toma el camino, pero como ya dije,ve preparada, muy bien preparada para tomar un atajo o ir campo a través si hace falta.

Un abrazote.

Ray Coy dijo...

Miquelet: he decidido alejarme de ese camino porque soy consciente del daño que me hace. Por mucho que yo quiera ser fuerte, él es un vampiro que me consume.
Lo que no tengo tan claro es si se lo diré a él. Hasta hoy pensaba no hacerlo, pero hoy he empezado a dudar... No sé, no sé.

supersalvajuan dijo...

16 años. Me parecen una ilusión óptica.

copper dijo...

no sabes cuánto me alegra ver que has decidido alejarte del camino.

al menos has tenido la suerte de ver pronto el tipo de sendero que presentaba antes de que todo empeorara, (es que este individuo, poca confianzam me inspira).

ahora que rememoras aquel 11 de noviembre de hace tantos años puedes tener una perspectiva general, no recordar pequeños detalles, si no sopesar el antes y el ahora, y ver lo poco que te convino entonces y lo poco que te conviene ahora.

has sido valiente y decidida y no te arrepentirás.

me gustó tu enlace, lástima que vayan a tardar 2 meses!!

por cierto, j a madrid a partir de noviembre.. sin comentarios..

besos

Principito Desencantado dijo...

Me gustan estas historias aunq sean triste. Es increíble cómo llegamos a acordarnos de pequeños detalles como la ropa que llevábamos puesta aquel día (yo tb me acuerdo lo q llevaba el día q conocí a amarillo jejeje). Parece q el chico no se porto todo lo bien q debería. Si ha vuelto a llamar a tu puerta mejor q no se la abras, ya tuvo su oportunida y la perdió.

Un beso.