Bienvenidos a Fotoartis

Este blog nació en octubre de 2007 para aprobar una asignatura. Entonces Fotoartis era un espacio dedicado a la fotografía en general, y muy especialmente a la fotografía artística.
Pero ahora Fotoartis entra en una nueva etapa. Ahora será un blog personal, aunque mantendrá el nombre porque le he cogido cariño.

BIENVENIDOS TODOS. RAY COY.

domingo, 29 de marzo de 2009

Frío


Ahora, cuando el frío no se me va de los huesos, la voz de Chaouen me recuerda que hubo otros tiempos mejores. Otros tiempos en los que empleaba los fines de semana para algo más que hacer trabajos de la Facultad. Otros tiempos en los que se me dibujaba una sonrisa cuando pitaba mi móvil. Otros tiempos en los que no me importaba pasarme dos horas en el cine con dolor de espalda si a cambio tenía el brazo de alguien rodeándome y sentía cerca el calor de su pecho... Otros tiempos en los que yo era feliz.

"Yo no tengo memoria,

tengo una corona de espinas.

Cada vez que te pienso

vuelve a supurarme la herida.

Los clavos de mi cruz

son restos secos de tu saliva.

Yo no tengo memoria,

tengo una corona de espinas"

"Buenos Aires" de Carlos Chaouen

PD: ¿En qué momento dejé de creer que el frío se iría algún día?

domingo, 15 de marzo de 2009

Corazón...

Si llevo años durmiendo en la misma cama y estas noches está haciendo más calor, ¿por qué hace días que noto la cama más vacía y fría que nunca?

jueves, 12 de marzo de 2009

¡Feliz cumpleaños!

Hoy vuelvo a usar el blog para felicitar un cumpleaños... ¡Felicidades, V.! Espero que te guste la canción que he elegido y que disfrutes mucho de este día :).
Éste es el primer cumpleaños tuyo que pasamos separadas desde que nos conocimos y me encantaría estar hoy contigo y poderte dar un beso y un abrazo muy fuertes. Esta canción es mi segundo regalo (espero que te haya gustado la foto). Como sabes, te iba a mandar un vídeo-felicitación pero la cámara se ha comido todas las pilas que había por mi casa antes de que me diera tiempo de hacer una toma en condiciones, jeje.
Sabes que te quiero mucho y que me haces mucha falta aquí, ¿no? Te echo mucho de menos y pienso en ti cada vez que voy a la Facultad: extraño los ratos en la cafetería, las charlas entre clase y clase, tener al lado a una persona que cada 5 minutos se está meando (sobre todo en los exámenes, jajaja), los trayectos en el circular, las eternas paradas de regulación de Barqueta... También echo de menos hacer trabajos contigo en tu casa desayunando capuchinos, los almuerzos, cruzar corriendo por el Opencor porque perdíamos el autobús, tus historias de los lunes cuando volvías de pasar el fin de semana en el pueblo, nuestras despedidas en la esquina de tu casa, escuchar expresiones del tipo "no te enteras ni a pollazos"... Y sobre todo te extraño mucho a ti porque una de las grandes cosas que me han dado los cinco años de carrera ha sido conocerte. Te quiero mucho, nena, y aunque no hablemos todas las semanas, nos seguimos teniendo la una a la otra igual que cuando nos veíamos a diario. Espero que podamos vernos pronto. ¡Disfruta de la canción, un besazo!

PD: Tu orla sigue bien, está en buenas manos, la cuido como si fuera mía ;p.

viernes, 6 de marzo de 2009

¡Felicidades, Copper!

Hoy vuelvo a dedicar una canción de Mägo de Oz como regalo de cumpleaños... ¡Felicidades, Copper! Gracias por estar siempre ahí y por ser como la hermana mayor que no tengo. Espero que disfrutes mucho de este día y que te guste la canción que he elegido. Ojalá pronto podamos escucharla en directo (crucemos los dedos ;p). ¡Te quiero mucho!

domingo, 1 de marzo de 2009

A tres metros sobre el cielo

Hay un momento para cada libro. Tenía A tres metros sobre el cielo desde Reyes en la estantería y todavía no había intentado empezarlo. Pero este fin de semana me he animado y me lo he leído entero en dos días. O más bien lo he devorado.
Moccia y yo tenemos una relación de amor-odio desde mayo, cuando gracias a mi amiga M. descubrí su última novela, Perdona si te llamo amor. Su continuo uso del presente, la cantidad de personajes que deambulan entre sus páginas y los saltos espacio-temporales me dan ganas de cerrar el libro y no volverlo a coger. Pero sus historias me llegan y me hacen soñar y recordar. Y al final, antes o después, acabo llorando como una imbécil.
Cuando he terminado de leer A tres metros sobre el cielo se me ha quedado una sensación horrible en el pecho. Y es que hoy estoy especialmente sensible: esperaba algo de este fin de semana que, como intuía, no ha ocurrido y quizá por eso inconscientemente me decidí por fin a leer la novela de Moccia. Y el maldito italiano me ha removido demasiadas cosas por dentro: llanto, presión en el pecho, imposibilidad para llorar, y llanto de nuevo. La voz de Robe Iniesta ha sido lo que finalmente me ha liberado y he acabado tirada en la cama llorando como una gilipollas en plan peliculero. Supongo que llevaba demasiado tiempo sin hacerlo y tarde o temprano tenía que explotar y A tres metros sobre el cielo ha hecho que suelte todo lo que llevaba tiempo guardándome. Hay un momento para cada libro y el momento de la novela de Moccia era este fin de semana marcado por la ausencia de F. y el reencuentro con R. a través de sus fotos.